Los Golden State Warriors están bajo la lupa, y eso no va a cambiar de acá a junio. El "Mago" Stephen Curry (así es, le estoy inventando un apodo. #ElMagoCurry) y sus compañeros no solo cargan la mochila pesada de ser los campeones defensores de la NBA, sino que su marca de 57-6 los pone a tiro del record de victorias de todos los tiempos en la temporada regular.
¿Sabían que Curry se convirtió este miércoles en el único jugador de los últimos 20 años en convertir tres tiros desde mitad de cancha en una misma temporada?
Me estoy yendo por las ramas, enfoquémonos en lo verdaderamente importante.
Las 72 victorias obtenidas por los Chicago Bulls allá por 1996 ya no son una epopeya inalcanzable, pero es ahora cuando comienza la parte más difícil para estos guerreros incansables con 19 partidos por jugar.
Si alcanzar este récord es como trepar la montaña más empinada del mundo, entonces a partir de ahora es cuando el oxígeno empieza a escasear y la presión sube hasta niveles inusitados. Te sientes solo pero a la misma vez rodeado de miradas que te juzgan y no se van, por más que no las veas y solo te enfoques en tu misión.
Sin embargo, los Warriors se destacaron esta semana y demostraron que pueden hacer historia al exhibir una vez más su capacidad para no ser solamente una colección de individualidades sobresalientes, sino que un equipo sólido cuya columna vertebral soporta el peso de las abrumadoras expectativas.
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