El Cleveland Plain Dealer ya está llevando cabo una encuesta en su sitio web, unos 15 meses antes de la agencia libre 2014, invitando a sus lectores a opinar sobre la idea de que LeBron James lleve su talento hacia el noreste de Ohio tan pronto como sea capaz de hacerlo. Buenas noticias para aproximadamente el 48 por ciento de los encuestados que, hasta la fecha, o bien pretenden que los Cavs dejen pasar la oportunidad de reunirse con el Rey traidor o dicen que necesitan "ver cómo va el año que viene" antes de tomar una decisión: Es muy probable que no van a tener que preocuparse de esto en la vida real.
Porque hacer que LeBron deje South Beach va a ser más duro, mucho más difícil, de lo que ha sido para el Heat hacerlo salir de casa.
Lo sé, lo sé: Yo fui uno de esos sabe-lo-todo, aproximadamente 15 meses antes de julio de 2010, que dijo que no iba a dejar Cleveland. Una de esas personas convencidas de que LeBron, como un nativo de Ohio, quería ser el atleta responsable de terminar con la asfixiante maldición de Cleveland y finalmente traer un campeonato a la ciudad que más tiempo ha sufrido en el deporte estadounidense. Pero eso fue entonces.
Éste es un LeBron con más años, más sabio y maduro. Un tipo diferente. No va a estar mirando pensativa y fijamente dos manos sin anillos como la última vez, con los dedos cruzados de estar eligiendo bien. Ahora tiene algunas de esas joyas que todo jugador en la NBA sueña conseguir, junto con el conocimiento incuestionable de que el camino hacia la cima de la montaña tiene que correr con él al mando en la NBA de hoy en día. Dondequiera que él juegue.
De importancia quizás aún mayor: James también tiene un vínculo tan estrecho con Dwyane Wade, que cada vez es más y más difícil imaginar a LeBron despidiéndose de él en el futuro previsible.
Simplemente no creo que esto ocurra. LeBron-A-Thon II no se moverá hasta que las agencias libres de Dwight Howard y Chris Paul se definan este julio, que a su vez empujarán el futuro de James al frente de los titulares como si fuera aparentemente todos los días de la temporada 2009-10 -- y siendo realista durante meses antes de eso -- pero veo poca necesidad de esperar. Incluso con los comentarios de que los poderosos Lakers también estarían ahorrando todo su propio espacio en el tope salarial para hacer un intento de sumar a King James, estoy dispuesto a anunciar hoy que los Cavs son el único equipo que tiene una oportunidad realista de robarse a James y apartarlo de Wade y Pat Riley.
Y no le doy mucha esperanza a Dan Gilbert de vengar su derrota en el último LeBron-A-Thon... a menos que tenga la intención de trasladar a los Cavs hacia Akron.
Esto no se trata realmente acerca del malhumorado Gilbert arrojando a LeBron por la puerta. A pesar de todos los presuntos trofeos que James podría haber ganado jugando al lado del muchacho de 20 años, Kyrie Irving, además de todas las viejas heridas que podría curar (y puntos de imagen que podría anotar) regresando al equipo y la ciudad que dejó plantada en julio de 2010, se trata de un escepticismo que deriva de las raíces que LeBron rápidamente ha echado en Miami. Raíces de una manera profunda y diferente que nunca tuvo cuando jugaba a menos de una hora de distancia de su amada St. Vincent-St. María High School.
El equipo de alto perfil que conforma con Wade, bajo la vigilancia de Riley al mejor estilo del Padrino, ayudó a James a que comenzara a escribir su legado. Con esos dos como mentores de campeonato y LeBron resolviendo el resto por su cuenta, el N º 6 finalmente se quedó mirando desde arriba sus defectos y explotó hacia el final en el año 9, con un montón de pruebas en circulación para sugerir que bien podría tener dos anillos más en el momento en que regrese al mercado abierto.
Es un vínculo, desde el colapso del Heat en las Finales de 2011 contra Dallas hasta la ridícula racha de 25 victorias que con orgullo llevan acumuladas, que se ha afianzado hasta el punto que estos dos son considerados por muchos como los dos compañeros de equipo con la mejor relación en el mapa de la NBA. Lo que hace que sea más y más difícil imaginar a LeBron dentro de un año diciendo a D-Wade y Riles: Gracias por ayudarme a despegar pero ahora necesito compinches con mayor vida útil para terminar el trabajo.
"Nunca pienso en ello", dijo Wade el mes pasado en el All-Star Weekend, cuando tuve la oportunidad, junto al experimentado Dr. Jack Ramsay de ESPN Radio y el anfitrión, Marc Kestecher, de preguntarle si le preocupaba que él y James pudieran estar jugando los últimos playoffs en conjunto.
"Obviamente, no importa lo que pase en nuestras carreras profesionales, LeBron James es mi mejor amigo", continuó Wade. "Teníamos una relación muy cercana cuando estaba en Cleveland y tenemos un aún más estrecha en Miami. No importa lo que el futuro le depare a cualquiera de nosotros, siempre vamos a estar muy cerca. Yo siempre quiero lo mejor para él y sé que él quiere lo mejor para mí. Y ahora disfrutamos del hecho de ser compañeros de equipo.
Cuando llegue el momento de lidiar con eso, como profesionales, nos ocuparemos de eso. Pero ahora mismo, no es el momento ".
Cualquier cosa puede pasar en 15 meses, supongo, pero me quedo con estos sentimientos hasta que o a menos que el Heat liderado por LeBron se vuelva a encontrar con el fracaso en la postemporada. La realidad inevitable de las cada vez más estrictas reglas con respecto al impuesto al lujo de la NBA implica que el Heat se verá obligado a romper este equipo con el cambio de Chris Bosh y sumando un reparto más adecuado al impuesto alrededor de las dos almas gemelas del básquetbol, tal como Brian Windhorst de ESPN.com lo explicó expertamente a principios de esta semana), pero se las van a arreglar. Si Riley tiene que cambiar Bosh entre ahora y la fecha límite de intercambios en febrero de 2014 para configurar el roster y darle a LeBron aún más razones para quedarse, va a cambiarlo.
Nada dentro del pesimismo anterior, ten en cuenta, quiere decir que Cleveland debería dejar de intentar. Esa encuesta del Plain Dealer podría estar un 100 por ciento en contra de la idea y todavía deberías ir por el mejor jugador del planeta. Los ejecutivos rivales saben lo que los Cavs están tratando de hacer con todas esas futuras selecciones de primera ronda y todo ese espacio en el tope que han acumulado: cambiar (o firmar) un complemento para Irving del estilo de Kevin Love para hacer que la Próxima Decisión sea realmente difícil.
Estos esfuerzos, sin embargo, podrían ser inútiles. Si Miami no puede pagar las consecuencias fiscales de tener a tres estrellas de primera línea, obviamente va a ser más difícil de soportar para un equipo como el de Cleveland. E incluso si los Cavs hacen bien las matemáticas y logran el equilibrio justo, no sólo tendrán que lograr que Kyrie se libere de las garras del tormento de las lesiones, sino que además deberán convencer a LeBron a abandonar el lugar en el que por fin ha encontrado la paz.
¿El contrato después de este próximo contrato? Tal vez entonces. Tal vez de eso estaba hablando LeBron James la temporada pasada cuando insinuó que volvería a casa algún día.
¿En el año 2014? No es muy probable. No basándonos en lo que está girando dentro de esta bola de cristal, de todos modos.
Con el reconocimiento de que esto es sólo el pronóstico de un hombre, aquí dice que LeBron y el eterno Heat, D-Wade, tienen muchas más probabilidades de tomar un voto común para afrontar al resto de la liga con un nuevo equipo en torno a ellos que de separarse abruptamente.
"Nos encanta jugar juntos", Wade le dijo al Dr. Jack en nuestra mesa de debate en Houston. "Siempre lo hemos disfrutado. Desde los All-Stars hasta las prácticas de los Juegos Olímpicos, siempre nos ha gustado jugar entre nosotros.
Creo que el primer año fue frustrante para los dos porque nosotros no estábamos en la misma página y siempre habíamos estado en consonancia. Cada vez que jugábamos juntos (antes de Miami) era como una segunda naturaleza. Y ese primer año fue un poco difícil para nosotros. Pero una vez que pudimos resolver algunas cuestiones, como ya lo han visto, hemos podido jugar muy bien lado a lado".
Lo vemos, sí, y vamos a seguir viéndolo en la bola de cristal. Es lo que dice aquí.
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