Cuando Conor
Jackson terminó su participación en la campaña invernal de 2009-10, los
fanáticos de los Leones del Escogido sufrieron su partida.
Luego de dos
meses, todo fue fiesta cuando el club logró su primera corona en 18 años.
Desde
entonces, los Leones exhiben en su vitrina cuatro trofeos, dos de títulos
locales y dos de series del Caribe.
En esta
ocasión, Jackson regresa a la pelota dominicana para reforzar a los actuales
campeones nacionales y del Caribe, y sus expectativas siguen siendo las mismas:
ganar y ganar.
“Quiero
pensar en que soy el mismo jugador. Estoy muy emocionado de volver aquí (con
los Leones). Estamos peleando por un puesto para los playoffs y hemos estado
jugando mejor en los últimos días”, respondió Jackson ante la interrogante de
si aún cree que es el mismo bateador que azotó el pitcheo en 23 partidos.
En noviembre de 2009, cuando Jackson dejó a los Leones, encabezaba la liga en los
principales renglones ofensivos. Era primero en bateo, con un astronómico
promedio de .425, en imparables (31), dobles (6), bases robadas (9), carreras
anotadas (16) y boletos recibidos (21). También, era líder en porcentaje de
embasarse (.564), porcentaje de Slugging (.594) y en OPS. (1.158).
Asimismo, el entonces poderoso y veloz jardinero estaba segundo
en carreras empujadas (16) y en total de bases alcanzadas por los hits (43), y
estaba empatado en tercer lugar en cuadrangulares (2).
En sólo 23 partidos, Jackson se convirtió en el mejor refuerzo
que el conjunto escarlata había tenido en mucho tiempo.
Tal vez, para
Jackson, de 30 años de edad, sea difícil emular su actuación de hace tres
temporadas. Pero todavía confía en su talento, afectado por lesiones en los
últimos dos años.
“Vengo a
contribuir anotando y remolcando carreras donde sea que me coloquen en la
alineación, y en el terreno donde sea que juegue. Todo para ganar”, enfatizó Jackson,
quien puede jugar además en la primera base.
Actualmente,
el nativo de Austin, Texas, es agente libre, después de jugar este
verano con el conjunto Charlotte, filial Triple A de los Medias Blancas, donde bateó
para .277 con 9 jonrones y 41 carreras impulsadas en 88 juegos.
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